Cuando buscamos una silla ejecutiva , pensamos siempre en un sillón de dirección generalmente tapizado en piel. Al final se trata de asociar una silla ejecutiva a un elemento representativo acorde a la jerarquía que representa dentro de la oficina.
Debe tener una consonancia con el tipo de despacho donde se ubica. Si la mesa ejecutiva es grande , el sillón debe tener la proporción acorde al tamaño para que el conjunto quede armoniosos e integrado.
Los materiales más comunes son el acero cromado o los aluminios pulidos para bases y refuerzos del sillón , y las pieles para los tapizados , que dan representatividad y elegancia a los sillones ejecutivos.
En Spacioveintiuno todas las sillas y sillones llevan los mismos mecanismos para asegurar la ergonomía en el trabajo. Una silla ejecutiva no tiene por qué renunciar a los estándares de confort , aunque las formas y dimensiones sean diferentes a las sillas de los puestos operativos. Todos los sillones se deben adaptar a la persona, con regulaciones que permitan ajustarlas al usuario , tanto a su peso, como a su morfología , para permitirnos una buena sentada y a la larga que nos evite lesiones musculares originadas por el uso de una mala silla. Por eso es importante valorar la silla como una inversión en salud, y renunciar a sillas ejecutivas baratas , que a la larga son perjudiciales para la salud .