La sala de espera es sinónimo de la primera impresión de la empresa. Pueden ser de mucho tipos, privadas como la consulta de un dentista, públicas como una estación de autobuses, lo que hace que las necesidades según un caso u otro marquen el estilo de este espacio que hay que tener muy en cuenta cuando se aborda el diseño de una oficina. Hay salas de espera que, incluso, se han convertido en platós de rodaje, aunque lo habitual es que sirvan de tránsito hacia un destino u objetivo, un fin de trayecto que puede ser coger el tren hacia un lugar concreto o una reunión de negocios.
Tanto si estamos hablando de una estación o un ambulatorio, como de una consultoría o una empresa de seguros, las bancadas y asientos son el mobiliario base de cualquier sala de espera. En un aeropuerto, por ejemplo, donde las salas de espera son grandes espacios abiertos que acogen diariamente a decenas de personas con una periodo de espera relativamente amplio, las sillas deben ser ergonómicas y confortables, al mismo tiempo que se adaptan a un diseño, por lo general, sobrio y vanguardista. Se convierten, de este modo, en el elemento principal, bien desde el punto de vista decorativo, bien desde el funcional.
En la sala de espera de cualquier pequeña empresa del ámbito privado, en cambio, la bancadas se sustituyen por butacas o sillas que acogen al visitante y lo reciben en un entorno cálido y agradable. Forman parte de un conjunto integrado por otros elementos, como pueden ser una mesa, un pequeño revistero, algún cuadro y otros objetos u elementos que, además de generar una reacción de acogida en la persona que llega a la empresa, deben de ser acordes con la imagen de marca que quiera ofrecer esta entidad, incluso de manera explícita. Usar colores que permitan reducir el estrés o la ansiedad de quien llega por primera vez hasta la puerta de nuestra oficina es una acertada idea.
La comunicación comienza en esta sala y, muchas veces, lo hace en torno a un mostrador que debe facilitar ese encuentro y, ¿por qué no?, atraer la atención del visitante con un diseño innovador. Esta mesa alargada, recta o semicircular, para exhibir productos que promocionen la labor que desarrolla la empresa puede ser, hoy día, de cualquier material que se imagine.
Cuidando tanto el mobiliario imprescindible como los pequeños detalles, la sala de espera de una empresa se convierte en la mejor tarjeta de visita que se pueda imaginar. De lo contrario, puede suponer su Talón de Aquiles.