Cualquier elemento es importante para dar forma a un despacho, y sobre todo si es “de dirección”. El responsable de la decoración no puede elegir la primera mesa que se encuentre, si no que debe seleccionar mesas de despacho de dirección siguiendo unos ciertos criterios.
Para elegir la mesa adecuada es importante plantearnos algunas preguntas iniciales, cómo el uso que se le va a dar.
Lo más común es que sean mesas minimalistas en las que van a haber la mínima cantidad de cosas posible (probablemente tan sólo un portátil).
Obviamente, no elegiremos el mismo mueble si necesitamos mucho más espacio. Por ejemplo, un diseñador puede necesitar espacio extra para colocar una tableta gráfica.
Hay muchos materiales para dar forma a las mesas de despacho de dirección, pero es el cristal el verdadero protagonista. Su principal ventaja es la claridad que transmite, haciendo que se refleje la luz y logrando que la habitación resulte más grande de lo que es en realidad.
Hay empresarios que no se decantan por ella porque piensan que es muy complicado de que se rompa, que mancha mucho y que no es configurable (que no se pueden hacer agujeros en ella para, por ejemplo, meter el cableado de un ordenador de sobremesa).
Sin embargo, las mesas de despacho de dirección actuales se presentan en un vidrio de calidad que es muy complicado de romper. Resultan muy fáciles de limpiar y, al haber tanas posibilidades, seguro que encontramos aquel modelo que tenga agujeros en zonas clave.
También tenemos mesas de metal o de madera. Por lo general, las mesas construidas con este material son más económicas y versátiles a la hora de adaptar y gestionar cables.
Los expertos recomiendan apostar por un material que sea mate o claro, ya que de esta manera se evitará la fatiga de nuestros ojos (aquella que experimentaremos si llevamos mucho tiempo mirando un material brillante y oscuro).
Si nos hemos decantado por la madera, sería interesante comprobar que sobre la misma se hubiera aplicado un barniz especial para sellar los poros y para protegerla ante todo tipo de manchas (cómo puede ser una mancha de café, de bolígrafo), que no de brillo para no cegarnos con las luces.
Para elegir mesas de despacho de dirección también tenemos que analizar la silla que vamos a comprar, y es que tampoco nos vale cualquiera.
Deberíamos apostar por alguna que tuviera un diseño ergonómico, ya que así podríamos mantener una adecuada postura durante todo el tiempo que vamos a pasar sentados ante la mesa.
La mesa de trabajo debe de estar colocada cerca de una fuente de luz; o bien natural (cómo a la luz de una ventana, claraboya o terraza), o bien artificial (cuya fuente de luz dependerá de una o de varias lámparas).
Sigue estas claves y te conseguirás la mesa de dirección que buscas.