En la actualidad, pocos elementos bastan para que un profesional desarrolle su actividad. ¿Quién no dispone de un portátil con conexión a Internet y una ubicación dónde desarrollar su trabajo? En este sentido, nuevos lugares salen a la luz como alternativas a la ya clásica -y a veces aburrida- oficina.

Ante esta tesitura se plantean varios escenarios. Uno de ellos es trabajar de manera autónoma desde casa, como ya hablamos en un post reciente. Conciliar la vida laboral como la familiar en el mismo entorno resulta una opción atractiva, amén de proporcionar una mayor flexibilidad que el trabajo en oficina. Ahora bien, esta elección entraña ciertos riesgos, como el no separar adecuadamente los espacios de trabajo de los de ocio, o lo que se conoce como “síndrome del pijama”. A buen entendedor…

Para combatir estos riesgos, desde hace unos años proliferan en todo el mundo los espacios de coworking. Lugares donde aquellas personas que realizan trabajos freelance pueden compartir un espacio común con otros profesionales de diversos sectores, fomentando de este modo la colaboración, el networking y la creatividad.De hecho, España es en la actualidad el tercer país del mundo en número espacios de coworking, sólo por detrás de EE.UU. y Alemania.

(Foto Coworking – Denver)

Como ventajas añadidas, estos espacios favorecen el intercambio de información entre los miembros, bien sea charlando acerca de novedades tecnológicas, o bien manteniéndose al día mutuamente sobre tendencias de mercado, herramientas informáticas, etc., lo cual da lugar a múltiples sinergias.

(Foto Coworking – hub Australia)

Entre las cualidades más apreciadas por los usuarios con respecto al diseño de estos espacios destacan la comodidad, iluminación y, lo más importante, las posibilidades que ofrecen a la hora de intercalar espacios de trabajo individual con la facilidad para comunicarse con otros miembros, así como la existencia de ciertas áreas de esparcimiento que permitan un ambiente más distendido.

Por último, cabe reseñar el efecto directo que tiene sobre la productividad, lo cual convierte al coworking en una actividad muy a tener en cuenta en relación con el diseño de espacios de trabajo.