“Usted elige su decoración dependiendo del estado de ánimo… Si está deprimido, ponga un color amarillo y de repente usted será feliz” (Philippe Starck, diseñador industrial francés)
No cabe duda de que el color está presente en todos los aspectos de nuestras vidas. Desde la ropa que llevamos puesta hasta la admiración de una obra de arte, el color condiciona nuestra percepción de la realidad y modela el impacto visual que nos produce todo aquello que percibimos.
Resulta curiosa la asociación inmediata que hacen nuestras mentes cuando se menciona la importancia del color en la oficina, puesto que la tendencia general es la de pensar únicamente en el color de las paredes. En un entorno de trabajo resulta fundamental la integración del color en todos los elementos que lo componen ( muebles, lámparas, cuadros, ordenadores, etc) pues es el lugar donde pasamos la mayor parte del día y donde una mayor sensación de comodidad tiene un mayor impacto sobre nuestra productividad. De este modo, dependiendo de las necesidades del espacio en cuestión convendrá utilizar ciertos colores por encima de otros. Cada color genera una sensación y sentimiento distinto y para de construir un entorno armónico y estimulante los colores son elementos indispensables. Si te preguntas cómo dar un toque de color a tu centro de trabajo, nosotros te damos unas pistas en las siguientes líneas.
VERDE
El color de la esperanza genera tranquilidad y evoca la naturaleza. Es un color ideal para áreas de descanso o zonas comunes, debido a la estrecha relación que mantiene con la desconexión, la relajación y la liberación de la mente.
Por el contrario, si no te gustan las paredes o el mobiliario verde, te recomendamos añadir plantas para crear ambientes relajados. Un reciente estudio de la Universidad de Queensland ha demostrado que los lugares de trabajo con plantas hacen más felices a sus trabajadores y potencian la productividad, hasta en un 15% nada menos.
AZUL
El color azul es el potenciador de la productividad por excelencia y uno de los más recurridos a la hora de decorar espacios de trabajo debido a su vinculación con la serenidad.
ROJO
A pesar de ser el color de la pasión, bajo el prisma decorativo el rojo está directamente asociado con el estrés y el nerviosismo. Diversos estudios certifican que en estos enclaves respiramos más rápido y el corazón se acelera. A pesar de no ser un color recomendable para pintar las paredes de un centro de trabajo, el rojo fomenta la creatividad y es ideal para dar pinceladas de color a los espacios más sobrios.
BLANCO
El blanco es el color neutro por excelencia; conjunta con todo y dota a los espacios de una sensación de amplitud y de luz extra. Si estás considerando utilizar este color en tu lugar de trabajo, te recomendamos introducir elementos de color que potencien la creatividad.
AMARILLO
El color amarillo es sinónimo de luz y brillo. Aún así, es un color que alimenta nuestra ansiedad y nos hace perder los estribos con facilidad. Por esta razón, no es un color recomendable para pintar en las paredes de un centro de trabajo. Si el amarillo forma parte de la identidad corporativa de tu empresa y quieres incluirlo en tu oficina, te recomendamos incluir detalles o complementos en ese color.
“El color no añade calidad al diseño, lo refuerza” (Pierre Bonnard, pintor, ilustrador y litógrafo francés)