Es importante conocer la temperatura ideal de la oficina para evitar desfases que puedan producir que pasemos frío en invierno o calor en verano. Es comprensible que existan ciertos problemas en determinados ámbitos, como en los ámbitos industriales en los que se trabaja con máquinas capaces de emitir una elevada temperatura.
Pero si trabajamos en condiciones normal no hay excusa que valga.
No estar cómodos a la hora de trabajar, pasar frío o pasar calor, podría afectar drásticamente a nuestro confort. De la misma manera que ocurre con factores como la iluminación, la temperatura o el ruido, no es algo que se pueda descuidar.
Vamos a profundizar en este tema en las siguientes líneas:
Antes de nada, es importante tener en cuenta una serie de factores para determinar cuál es la temperatura perfecta. Recordemos que esta temperatura puede ser bastante subjetiva: puede que un empleado tenga calor, mientras que el otro esté en buenas condiciones. Se estima que puede existir un margen de 5-10% de personas que no se sientan satisfechas con lo que establece el Instituto Nacional de Seguridad en el Trabajo e Higiene.
La idea es alcanzar los que se denomina como el confort térmico, que es una idílica situación en la que los empleados no tendrán ni frío ni calor, por lo que podrán desempeñar al máximo su rendimiento.
Existen 3 factores que deben considerarse:
Con los aparatos de aire acondicionado se puede mantener una correcta temperatura de confort. Se recomienda que esta temperatura oscile entre los 23 y los 26ºC.
Subir o bajar un grado fuera de este intervalo podría suponer un elevado gasto en nuestra factura energética, al mismo tiempo que no tendríamos la misma sensación de confort.
Los aparatos de calefacción serán los encargados de ayudarnos a estar calentitos en cuanto bajan las temperaturas. El intervalo del que no nos deberíamos salir es de entre 20 y 24ºC.
A la hora de determinar estas temperaturas es crucial tener en cuenta lo que dice la normativa en relación a la temperatura de la oficina según el tipo de trabajo y puesto desempeñado. También habrá que considerar el tipo de ropa que visten los empleados (por ejemplo, si estamos hablando del invierno, estos vestirán con ropa abrigada).
Toda esta información se tiene presente a la hora de determinar la temperatura de confort idónea para cada espacio de trabajo.